domingo, noviembre 9

Lo que me gustaría ser...Si no fuera lo que soy.

"El tiempo soplaba contra nuestras caras de una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro" pensó Oliveira mientras pensaba en La Maga paseando por las calles ahora tristes de París.
Pensando en aquel "mundo-maga" que tanto extrañaba y que tanto deseaba volver. Pero la vida se había dedicado a desencontrarlos cada vez más y más.
Buscar...buscar....buscar... quizá todos estamos en una constante búsqueda...búsqueda de bienestar, de cariño, de pertenencia...o sólo de nosotros mismos, lo que resulta más difícil. Tratando de encontrar algo, quien sabe qué, pensando en cosas inútiles, recordando los viejos buenos tiempos, caminando sin un rumbo fijo.
La Maga, una serie de torpezas y confusiones, pero al mismo tiempo, de una belleza comparable a alguna obra de Klee. Pensaba en ella, en las alegrías y tristezas, en los inútiles celos, en las peleas y confusiones, pero también en las risas y caricias.
¿Dónde estará en estos momentos?...Quizá en el metro de la ciudad, en algún café parisino, en Buenos Aires o Uruguay, no lo sabía, lo que si sabemos es que se encontraba siempre en los pensamientos y sueños de Oliveira, sólo bastaba que cerrará los ojos y ahí la encontraría.
Todos esos momentos cotidianos y simples que cada vez se hacían más lejanos. Esperaba uno de esos tantos encuentros casuales que habían tenido tiempo atrás. Pero por el momento seguía esperando, la lengua de la Maga le hacía cosquillas, su boca parecía haber sido dibujada por él. Su boca, sus ojos chispeantes, los deseos, su olor, su cabello, todos los encuentros y desencuentros, todo se quedaba atrás.
La autenticidad y simpleza que tanto le gustaba de la Maga, la constante búsqueda existencial que rodeaba el mundo de Oliveira.
Lo único que nos queda por el momento es cuestionarnos: ¿Encontraría a la Maga? -frase que da comienzo a Rayuela, de Julio Cortázar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

echa la firma!